
Lloré, pero me hizo bien.
Acabo de terminar la serie y todo el último capítulo me la pasé llorando, no por tristeza necesariamente, sino por lo profundamente humana que se siente. Es una historia sencilla pero poderosa, que toca fibras sensibles, especialmente en lo relacionado con nuestras relaciones con los padres. Me hizo reflexionar sobre cómo a veces damos por sentadas ciertas cosas, y cómo el amor puede manifestarse de formas inesperadas.Sin duda, una serie que se queda con vos después de verla. Muy recomendada.
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