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Al principio, A-ri se muestra distante con respecto al tema de las redes sociales, pero la curiosidad termina ganándole y se adentra en un mundo tan denso como desconocido. Pecó de imprudente en muchas ocasiones y, en otras, se comportó de manera egoísta. En la mayoría de las escenas, su expresión se mantuvo inalterable, lo que me generó conflicto. Sin embargo, el final de su historia es satisfactorio. En el último episodio, sentí como si viera a la A-ri de antes, con aquella esencia que por momentos pareció perderse. En varias ocasiones, sus palabras no estuvieron alineadas con sus acciones; no obstante, el desenlace se sintió como una reivindicación.
En cuanto a las Gabin, considero que cada una cumplió bien su papel, aportando a la trama con sus personalidades marcadas. Sin embargo, en ocasiones resultaban insoportables con sus gritos y actitudes groseras hacia los demás, en especial Chae-hee. Por otro lado, me encantó el personaje de Si-hyeon, quien me pareció transparente desde el principio hasta el final.
El romance no es un tema muy presente en la historia. Disfruté las pocas escenas que hubo, aunque lo percibí un poco rígido, ya que tanto A-ri como Jun-kyoung carecían de expresiones incluso en esos momentos.
Algunas escenas se sintieron eternas, pero el final le sumó puntos. Es un drama con una trama interesante, aunque me hubiese gustado saber qué sucedió con las Gabin y los demás personajes. La escena del último episodio da la sensación de que las cosas aún no han terminado. Estaré expectante.