CH3 Debes contratar mejores guionistas
Honestamente, llamarle a esto mi "safe zone" es casi irónico, porque de zona segura tiene lo mismo que yo de hetero: o sea, nada. La pobre Jane se la pasó llorando todos los episodios. Pero bueno, hay que partir de la base de que aquí la lógica se fue de vacaciones.
La premisa se supone sencilla: dos amigas que se separan de la forma más dramática posible (cero contacto por ocho años, tranqui) y se reencuentran. Lin vuelve corriendo porque su prometida la engañó y, por arte de magia (o guionazo), pasa de estar comprometida hace dos días laborables a darse cuenta de que ama a Jane. Y Jane, bueno, ella lleva enamorada toda la vida, así que no se queja.
Y mira, la serie parece escrita con muy poquito amor. Supuestamente hay tres villanos, pero son de papel; terminé enojándome más con Lin por no saber poner límites que con la ex. De hecho, fuera de las protagonistas, el resto de los personajes son tan planos que terminé la serie hoy y te juro que no recuerdo el nombre de ninguno.
Pero aún con todo eso, no pude dejar de mirarla las ocho semanas que duró. ¿La razón? Miu y Lena.
La serie se sostiene únicamente porque la química entre ellas es innegable. Ellas se cargaron la producción al hombro y dijeron "nosotras resolvemos". Les crees todo, por más inverosímil que sea la situación. Ver a Lena en pantalla con esos ojos de "soy la persona más enamorada del mundo" fue suficiente para tapar todos los agujeros de guion y hacerme morir de amor.
Conclusión: Si estás dudando en verla, te la recomiendo, pero con una condición: hacelo con el cerebro apagado. No le busques lógica, solo déjate llevar por la química de las chicas, porque si te pones a pensar mucho, pierdes.
La premisa se supone sencilla: dos amigas que se separan de la forma más dramática posible (cero contacto por ocho años, tranqui) y se reencuentran. Lin vuelve corriendo porque su prometida la engañó y, por arte de magia (o guionazo), pasa de estar comprometida hace dos días laborables a darse cuenta de que ama a Jane. Y Jane, bueno, ella lleva enamorada toda la vida, así que no se queja.
Y mira, la serie parece escrita con muy poquito amor. Supuestamente hay tres villanos, pero son de papel; terminé enojándome más con Lin por no saber poner límites que con la ex. De hecho, fuera de las protagonistas, el resto de los personajes son tan planos que terminé la serie hoy y te juro que no recuerdo el nombre de ninguno.
Pero aún con todo eso, no pude dejar de mirarla las ocho semanas que duró. ¿La razón? Miu y Lena.
La serie se sostiene únicamente porque la química entre ellas es innegable. Ellas se cargaron la producción al hombro y dijeron "nosotras resolvemos". Les crees todo, por más inverosímil que sea la situación. Ver a Lena en pantalla con esos ojos de "soy la persona más enamorada del mundo" fue suficiente para tapar todos los agujeros de guion y hacerme morir de amor.
Conclusión: Si estás dudando en verla, te la recomiendo, pero con una condición: hacelo con el cerebro apagado. No le busques lógica, solo déjate llevar por la química de las chicas, porque si te pones a pensar mucho, pierdes.
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