Un western único e irrepetible.
"El bueno, el malo y el raro" es una explosiva reinterpretación del western a la coreana, firmada por un Kim Jee-woon en plena forma. La película combina tiroteos espectaculares, humor absurdo y una estética pulp cargada de estilo, con toques de Mad Max y espíritu de cómic. La acción es vertiginosa, marcada por un montaje preciso, planos cerrados y un uso chillón del color que refuerza el tono de fábula violenta.
Jung Woo-sung, Lee Byung-hun y Song Kang-ho forman un trío protagonista impecable, cada uno encarnando su arquetipo con carisma y energía. La historia, simple pero eficaz, funciona como una excusa para encadenar set pieces memorables y mostrar el dominio técnico de su director, que aquí afina recursos que perfeccionará en I Saw the Devil.
La banda sonora, original y pegadiza, acompaña con fuerza y acentúa el tono de aventura sin freno. Aunque su argumento sea ligero, la película no busca profundidad, sino espectáculo puro y autoconsciente. Y lo consigue con creces. El bueno, el malo y el raro es cine de género elevado a arte pop: una celebración del exceso hecha con inteligencia, ritmo y mucho talento.
Mi nota: ****
Jung Woo-sung, Lee Byung-hun y Song Kang-ho forman un trío protagonista impecable, cada uno encarnando su arquetipo con carisma y energía. La historia, simple pero eficaz, funciona como una excusa para encadenar set pieces memorables y mostrar el dominio técnico de su director, que aquí afina recursos que perfeccionará en I Saw the Devil.
La banda sonora, original y pegadiza, acompaña con fuerza y acentúa el tono de aventura sin freno. Aunque su argumento sea ligero, la película no busca profundidad, sino espectáculo puro y autoconsciente. Y lo consigue con creces. El bueno, el malo y el raro es cine de género elevado a arte pop: una celebración del exceso hecha con inteligencia, ritmo y mucho talento.
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